Con Joana, teníamos la idea inicial de hacer una lámpara en cascada. Recuerdo que le presenté el concepto en la terraza del restaurante la Carmeta, cerca de las oficinas de Bover. Se lo dibujé en un trozo de papel y le gustó. Hasta ese momento, en el catálogo de Bover no existía esta categoría.
Más tarde, y después de más conversaciones y reflexiones, una cosa llevó a la otra y empezaron a surgir más tipologías. Teníamos ya una forma de vidrio que nos gustaba y pensamos que valía la pena buscarle más aplicaciones para completar así la coleccion.
Drip, y esa segunda pantalla, tienen su personalidad propia. Teníamos todo un sistema muy extenso ya creado con Drop. Y aquí en el estudio pensamos por qué no diseñar a nivel formal otra lamparita de vidrio, siempre y cuando no variase el sistema ya creado. De esta manera, o pones una o pones la otra.
Es algo que siempre he tenido presente. La luz que queríamos era una luz bastante brillante ya que el cristal transparente también se presta a ello. Así como su forma, con entradas y salidas. Queríamos que el material fuera muy seductor, muy gustoso, como un caramelo. Tanto la Drop como la Drip están hechas de Vidrio de borosilicato porque es más delgado, más delicado. Más fino En el diseño, hemos escondido la fuente de luz LED para que el protagonista sea la luz misma, el resultado de la luz al proyectarse y al reflejarse en los materiales que se va encontrando por el camino. La luz choca en cantos, atraviesa y se refleja en materiales. Todo eso da riqueza al objeto, más allá del hecho de iluminar. Hay un juego de luces, sombras y brillos.
Es una lámpara pequeña que ofrece una luz intimista, ilumina sobre todo el lugar donde se encuentra. Pero a la vez tiene una utilidad práctica para quien se encuentra cerca. Funciona muy bien en hoteles, en todos sus espacios, tanto en habitaciones como zonas comunas.
Por otra parte, otra cosa que siempre tengo en cuenta es no solo la luz que emite la lámpara sino la que recibe del exterior.
El poder encajar todas las piezas en la colección. Cada lámpara tiene su personalidad pero a la vez tiene que ser consistente con el código del resto de tipologías, tiene que verse como parte de una familia. Eso ha sido casi lo más difícil de encajar, tanto a nivel de lenguaje, como de producción y de optimización de recursos.
En mis lámparas siempre intento poner en práctica esta teoría. Las ves a una cierta distancia y tienen que seducirte lo suficiente para acércate. Entonces las enciendes y te das cuenta de lo bonita que es y la luz que proyectan. La ilusión siempre tiene que ir in crescendo. Nunca puede decepcionar.
Las Drop y las Drip son lámparas que dan seguridad al usuario, y esto es muy importante. Los objetos no solo tienen que ser buenos, sino también parecerlos..
Cuando la tocas y la coges te das cuenta de lo sólidas y estables que son.
Existen dos grandes grupos: las de suspensión, y todas las demás.
Las versiones de cascada tienen mucha presencia y llenan el espacio hay de 7, 12, 24, 36, 48 bombillas. La de 48 es muy impactante, y hace 1 m de diámetro. Se parte de unas medidas estándar pero el cliente lo puede customizar como lo quiera. Sin duda, para que todo esto cuadre y se pueda fabricar, ha sido esencial todo el departamento técnico. En la tipología con mesita, le hemos puesto un tejido de neopreno, de gran calidad, transmite confort y amortigua los sonidos al dejar objetos sobre la mesita metálica.